El mundo de los viajes se divide entre aquellos

El mundo de los viajes se divide entre aquellos que disfrutan viajando en compañía y aquellos cuya naturaleza aventurera les empuja a viajar solos. No existe una opción mejor que otra, pues forzar a alguien que no disfruta de una u otra opción, no es lo más apropiado. Cada persona tiene su percepción de lo que entiende por vacaciones y es muy respetable.

Hay quienes entienden a los que deciden viajar con más gente pues, es cierto que en momentos determinados de un viaje les gusta comentar “la jugada” hablar de aquello que les está pasando, para reír o simplemente compartir aún más el momento.

Por el otro lado, el de los que viajan solos, existe la posibilidad de beneficiarte de ambas cosas, es decir, viajar a tu ritmo y cuando te apetezca compañía siempre puedes entablar conversación con desconocidos o incluso crear una nueva amistad. A la hora de elegir alojamiento, podrán optar por una habitación individual o acoplarse en habitaciones múltiples.

Además, aquellos que viajan solos pueden ir adatando el viaje y los movimientos que vayan a realizar en el destino sin depender de nadie, una libertad que bien dirigida, se agradece bastante y ahorra muchas discusiones y malentendidos.

Como ventaja para aquellos de viajan acompañados es, por ejemplo, poder contar con ayuda en caso de un accidente o problemas de otra índole como quedarse sin dinero o extraviar la documentación. Y esos son detalles que cuando estás de viaje y no tienes mucha capacidad de resolución o comunicación, son una faena importante.

Vivimos en la época de los selfies, de la gente que viaja sola, y entre esa gente (también la que viaja acompañada) existe mucho postureo y pantomima, en donde solo se busca la foto, el escenario de ensueño y un protagonista que finge más felicidad de la que corresponde a la realidad.

En definitiva, cada punto de vista tiene sus ventajas y desventajas o quizás simplemente está todo en nuestra cabeza y los ojos con los que se mira.